Entonces, la sed verdadera es un punto de partida para encontrarme y para encontrarnos con esas cosas que queremos cambiar. Por eso, también, la escritura y su cruce con la música: son un vehículo, son el camino, son un lugar. Chango Spasiuk dice que la música es una oportunidad de ser y no de pertenecer. Y yo lo conjugo con que escribir es el otro lugar; espacios donde la experiencia material es aquello que va y viene para hacernos sentir lo que está encarnado en la palabra. Pues ésta, como la partitura, no vele por sí misma sino por lo que expresa (¿estaré sobrepasando la frontera significante/significado?) Se me ocurre que es la expresión lo que no podemos anular... ¿no?
Un animal extraño se ha detenido.
Casi al abandonarte, al decidirlo,
el animal se muere sobre el camino.
Qué extraña es la frontera entre lo ido y lo vivo.
Como algunos que muy muertos
parecen estar muy vivos.
Somos tres en la vida:
lo muerto, yo y el camino
Gabo Ferro, Sobre el camino