viernes, 27 de junio de 2008

Escribir

"Porque es necesario" es una respuesta. Posible, simple. La pregunta, en este caso, es: ¿por qué escribir? Preguntas y respuestas simpre habren el juego, lo aprendí. (Siempre hay cosas para aprender. Como diría Lenin, "lección uno: aprender; lección dos: aprender; lección tres:aprender"). Las preguntas surgen para consentir a una sed que no se detiene; y son la sed misma... Este blog llega (no sé desde qué lugar) para ser espacio de preguntas, de viajes, de encuentros. El compositor húngaro Béla Bartók propuso "lanzarse a lo desconocido desde lo conocido pero intolerable". Se trataba entonces de romper estructuras disonantes (valga la paradoja!) con la realidad de su momento. Pero el tiempo comprobó que supo por dónde y cómo romperlas; porque las conocía.
Entonces, la sed verdadera es un punto de partida para encontrarme y para encontrarnos con esas cosas que queremos cambiar. Por eso, también, la escritura y su cruce con la música: son un vehículo, son el camino, son un lugar. Chango Spasiuk dice que la música es una oportunidad de ser y no de pertenecer. Y yo lo conjugo con que escribir es el otro lugar; espacios donde la experiencia material es aquello que va y viene para hacernos sentir lo que está encarnado en la palabra. Pues ésta, como la partitura, no vele por sí misma sino por lo que expresa (¿estaré sobrepasando la frontera significante/significado?) Se me ocurre que es la expresión lo que no podemos anular... ¿no?

Un animal extraño se ha detenido.
Casi al abandonarte, al decidirlo,
el animal se muere sobre el camino.
Qué extraña es la frontera entre lo ido y lo vivo.
Como algunos que muy muertos
parecen estar muy vivos.
Somos tres en la vida:
lo muerto, yo y el camino

Gabo Ferro, Sobre el camino