domingo, 2 de mayo de 2010

El trabajo, pensando en Burroughs

¿Y qué come la máquina monetaria para
transformarlo en mierda?
Se come la espontaneidad, la vida,
la juventud, la belleza y, sobre todo,
se come la capacidad de crear.
Come calidad y caga cantidad

William Burroughs


En la radio festejan
y a mí me aburre
porque yo no trabajo
no soy trabajador
Vivo con la sensación
de que las cosas se derrumban
un poco todos los días
Veo a las mentes
desgastarse, como dijo el poeta...
y trabajar
Veo a los cuerpos
insensibles
o terriblemente dolientes
Y viajo... todos los dias viajo,
siempre un subte,
siempre un colectivo
y ese calor
cada vez peor,
cada vez lo soporto menos
y me alegro, por no soportarlo
por enfurecerme
por estar ahí y enfurecerme
y viene el tren y me subo, huelo, miro
y no me parece posible
y de repente estoy en otro lugar

en un balcón
y la ciudad es tan romántica
el viento en la terraza
las luces
la noche
y ese olor a ciudad
que es el olor de todos los años acumulados
de la ciudad que supura
que duele
y se ve tan hermosa

y no entendemos
ninguno de nosotros
por qué estamos acá
por qué tanto dolor
por qué tanta ciudad
y tanto misterio.

No quiero vivir por inercia
no quiero
... quiero volver al principio,
cuando las utopías apenas se desplegaban
porque allí estaba el nudo
que ataba mi cabeza a un sueño
La ciudad come
el trabajo arruina.
Y cuando no veo
cuando no puedo
cuando no llego
prefiero callar,
hasta la próxima tormenta
o hasta llegar a altamar
y allí gritar
que este llanto no es de agua
que esta vida no es de cal
que la piel está cansada
y va a arder al despertar