miércoles, 29 de septiembre de 2010

¡Atención!

¡Que no se confunda
lo principal
con lo accesorio!

(no lo dije yo ehhh!
ja!)

y más aún:

comparto unas palabras que me impactaron mucho, jaquearon-me, preguntáron-me, cuestionáron-me, y más:

"... la renuncia en el bolsillo siempre".

La Primavera en este barrio

Mucho me gustaría
guardar los olores para siempre
cambiar de estación
como de sonrisa
mirar al sol
sin prisa

Mucho me gustaría
tener tus palabras siempre conmigo
llevarlas secretas
simples
queridas

Pero la ausencia



Me pregunto dónde está la trampa
que hace de todos los días uno solo
asi
de esta manera tan horrible
dónde me olvidé lo que buscaba
(quizás nunca lo supe,
quizás ni siquiera importe)

Sólo tengo un mensaje de madrugada
bailando sobre los párpados
intentando abrirlos
desperezarlos
en esta mañana
de lo siempre igual
en esta noche de lo que quiere terminarse
morir
para ya no doler
(para vivir,
al fin de cuentas)
sólo tengo un mensaje
proferido con amor

"hay que ser fuerte,
sino no se puede"

Aire primaveral
que puede llevárselo todo
con un desgarrador quejido
andate zumbando la muerte a otro lado
que acá
habrá
palabras
abrazos
flores
verdes
aguas
violetas
campos
amarillos
ninfas
marineros
historias
historias
y más historias
para desandar lo vivido
para recuperar lo perdido
(como quería el tío Marcel)

para afrontar el olvido
porque febrero será siempre febrero
y las risas estarán aunque se hayan ido
luego,
abril mayo septiembre

para estar parado en el baldío
así nomás,
estando
queriendo
viviendo.


Una canción hermosa viene ahora
de este poeta y cantor llamado
Fernando Cabrera
del otro lado del río
que dice todo
tan lindo
y dice más
dice lo insospechable
y siempre descubro más
y siempre me queda sin descubrir

que la disfruten!
y más...

El tiempo está después


La calle Llupes raya al medio

encuentra Belvedere

el tren saluda desde abajo

con silbos de tristeza

aquellas filas infinitas

saliendo de Central

el empedrado está tapado

pero allí está

La primavera en aquel barrio

se llama soledad

se llama gritos de ternura

pidiendo para entrar

y en el apuro está lloviendo

ya no se apretarán
mis lágrimas en tus bolsillos
cambiaste de sacón


Un día nos encontraremos

en otro carnaval

tendremos suerte si aprendemos

que no hay ningún rincón

que no hay ningún atracadero

que pueda disolver

en su escondite lo que fuimos

el tiempo está después